A causa de la crisis sanitaria por el covid-19, el Aula Comunitaria de Calera de Tango tuvo que modificar sus funciones. El trabajo que se desempeñaba en el establecimiento educacional, en unos pocos meses, se traspasó a un espacio virtual, generando un proceso de aprendizaje y, también, de «desaprendizaje» en términos de prácticas sociales.

El desafío de los docentes era, en primer lugar, poder realizar clases vía Google Meet para reforzar los contenidos de las diferentes asignaturas que se presentaban en las cápsulas (videos breves) enviadas por los profesores. Además, la necesidad de contar con un espacio donde los actores de la comunidad interactúen por medio de sus dispositivos electrónicos.

En ese sentido, hace varias semanas que los estudiantes de cuarto año básico se han conectado desde celulares y computadores con sus docentes para realizar diferentes actividades de Lenguaje y Comunicación, adaptadas a la coyuntura, con especial enfoque en el aprendizaje continuo de la escritura, lectura y oralidad.

Algunas de estas actividades son: lectura compartida con recurso visual de kamishibai, moldear en plasticina personajes de cuentos leídos con descripción de sus características,  identificación de estructura de la noticia, posterior creación de un periódico con estrategias de escritura compartida, interacciones en el chat de la plataforma para escritura libre, creaciones de payas con rimas, aprendizaje de canciones con foco en la oralidad, y escritura de palabras, según su clasificación de acentuación para compartirla en esta nueva salita virtual.  

A pesar de no estar acostumbrados a esta modalidad, con flexibilidad y trasformación se han adaptado orgánicamente a esta nueva forma de enseñar.  

Sobre las clases online, una mamá señala: “los niños esperan con ansias su clase en la plataforma, ver a sus compañeros, se preparan, buscan sus materiales, están atentos a que llegue la hora.”

“En palabras de la mamá se refleja el esfuerzo del aula comunitaria por mantener, en primer lugar, vivos los vínculos afectivos entre estudiantes y adultos, pese a los meses y a la distancia que este momento implica, como también, ser un espacio para mantener el aprendizaje en un sentido lúdico”, señala la coinvestigadora Blanca Astorga.

«Recientemente, acordamos crear una noticia grupal, basándonos en un cuento leído en sesión anterior y para ello, nos dividimos en grupos, así, cada adulto se reunió virtualmente con 6 o 7 estudiantes para elaborar una noticia. Los estudiantes se abocaron a establecer las ideas generales, los personajes y los acontecimientos. La genialidad de ellos dio vida a historias sobre un lobo que se volvió vegano, que también vive las complicaciones propias de la pandemia y que, además, experimenta el contagio y recuperación del COVID 19. Interesante la mirada de niñas y niños. En esas historias, comparten sus aprehensiones, sus creencias sobre el coronavirus y la esperanza que tienen sobre el futuro. El trabajo grupal permitió que, en la clase siguiente, se elaborara un diario, en el cual se publicaron las noticias de todos los grupos. La gráfica del periódico estuvo a cargo de los mismos estudiantes, quienes, mediante Whatsapp, enviaron fotos que aportaron en su edición final.”

“Estamos convencidos que debemos tomar este momento como una oportunidad para revalorar la intersubjetividad que hemos ido construyendo a lo largo de estos años”, señala la profesora Ignacia Zambrano.

Asimismo, el profesor Eduardo Aguilera cree “valioso mantener estable nuestro sueño de crecer como comunidad, logrando transformar las dificultades, como podríamos entender esta pandemia, para seguir en la tarea que juntos nos hemos trazado.”

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