Por cuatro años más, la pedagogía dialógica Enlazando Mundos continuará desarrollándose gracias a que la Dra. Donatila Ferrada, la fundadora de esta pedagogía, ha vuelto a adjudicarse, junto a su equipo – las Dras Blanca Astorga, Cecilia Bastías, Gianina Dávila- un proyecto Fondecyt Regular, específicamente, el N° 1221159, esto lo logró presentándose en el prestigioso concurso de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), el que convoca a los más destacados investigadores a nivel nacional. Este nuevo proyecto da continuidad a su anterior proyecto Fondecyt Regular N° 1180238 .

En lo que respecta a esta nueva adjucación, la Dra. Ferrada manifestó que «con mi equipo, todas mujeres, estamos felices con esta nueva adjudicación, pues implica un nuevo reconocimiento -de parte de la comunidad científica del área- a nuestro trabajo, ya que los Proyectos Fondecyt Regular son evaluados por pares nacionales/internacionales. Además, en este concurso 2022 fuimos el proyecto mejor evaluado del grupo de estudio”.

«Nos preocupa la fragmentación social presente en el país, nuestro interés es revertirla con conocimiento científico. Compartimos la tesis, que la integración social depende de la justicia social, por eso la educación es crucial para este fin. El actual proyecto se enmarca en una línea de trabajo de varios años, es decir, se trata de un proyecto de continuidad de otro Fondecyt que acabamos de cerrar, el proyecto previo se desarrolló en el marco de experiencias educativas inéditas en el sistema escolar formal chileno, denominadas aulas comunitarias dialógicas que, incluyen en su interior, entre otras personas, a madres, abuelas, artesanas, sabias/os de la comunidad, etc. El estudio se realizó en 5 regiones del país (Tarapacá, Metropolitana, Maule, Biobío y La Araucanía) con la finalidad de cubrir la diversidad geográfica, cultural, territorial, histórica, lingüística, etc. De forma exploratoria, se identificaron interacciones sociales que permitieron vincularlas con la justicia social de reconocimiento recíproco, tales como, las relaciones basadas en el respeto, la afectividad, la protección y el cuidado entre las personas. Simultáneamente, se encontraron evidencias que estas aulas pueden estar desarrollando praxis sociales asociadas con la justicia social de paridad participativa, tales como, decisiones compartidas entre quienes participan e intentos de inclusión de sus propias culturas en el currículum escolar. Estos antecedentes, nos condujeron a preguntarnos qué profundidad alcanzan los indicios de justicia de reconocimiento que logran revelarse en las aulas comunitarias dialógicas, si serán los únicos presentes, si existirán otras expresiones de reconocimiento y si las aulas comunitarias dialógicas son capaces o no de contribuir en la mejora de la integración social. A partir de estas interrogantes, nos propusimos descubrir -en las aulas comunitarias dialógicas- praxis sociales, patrones de valor y normativas de diferenciación cultural propias de las (in)justicias del reconocimiento recíproco, de la paridad participativa y de la política de la diferencia cultural, respectivamente, para evaluar sus implicancias en el rol de la escuela en la (re)construcción de la integración social a escala de su propia comunidad. Para ello, consideraremos el mismo campo de investigación previa. Por estas razones, nuestro proyecto se titula El reconocimiento en aulas comunitarias dialógicas. (Re)construyendo la justicia social desde la escuela

Dra. Donatila Ferrada

De esta manera, el equipo de investigación tiene como objetivo central reconocer las (in)justicias sociales presentes en las aulas comunitarias dialógicas, ya que éstas son experiencias únicas en el sistema escolar chileno, al ser auto organizadas por colectivos territoriales que buscan fortalecer su propia comunidad desde una idea de educación justa. Con los hallazgos, se reconstruirá la estructura de integración social presente en cada aula comunitaria y, así, poder valorar el potencial que pudieran tener en el fortalecimiento de la integración social en sus propias comunidades. Desde allí, ofrecer datos nacionales como posibilidad para que otras escuelas puedan favorecerse de estas experiencias que datan desde 2005 a la fecha y, como consecuencia, realizar un aporte en el desarrollo de una sociedad en la que todas y todos tengan reconocimiento.

Dra. Donatila Ferrada

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