Durante el año académico 2021, estudiantes de 6° básico de la Escuela Forjadores de Chile de Penco participaron activamente en el aula comunitaria de matemática. Sin embargo, a diferencia de años anteriores, las clases se realizaron de manera online, lo que permitió que el docente, colaboradores/as y estudiantes desarrollaran habilidades en el manejo de tecnología acorde a la época. El profesor Kevin Campos fue el encargado, junto a agentes colaboradores, de coordinar las estaciones de trabajo de las clases, las cuales se dividieron 3 espacios. De esa forma, los/las estudiantes lograron aprender razones, ecuaciones, lectura de gráficos de barra doble y circulares, contenidos seleccionados por la priorización curricular vigente.

Los/las estudiantes, quienes ya habían participado de esta metodología dialógica en años anteriores en el contexto del proyecto Fondecyt 1180238, se mostraron motivados al poder seguir aprendiendo en el contexto sanitario actual. Los grupos de trabajo se repartieron de la siguiente manera: 7 estudiantes por estación, con rotación entre 3-4 estaciones, cada una con distinto enfoque del objeto matemático en estudio. En esta oportunidad, el aula fue conformada por una estudiante de Educación General Básica de la Universidad de Concepción voluntaria, una profesora de Pedagogía Media en Matemática, un profesor de Matemática del establecimiento y un apoderado.

Pese a las dificultades surgidas durante el 2021, siempre hubo espacio para retroalimentaciones por partes de los/las colaboradores/as, y, así, dar paso a la reflexión, dialogo y toma de decisiones con respecto al modo de proceder en el aula. En dichas instancias, la apoderada del equipo pudo profundizar acerca de los contenidos y objetos matemáticos en estudio, además, explicó cómo el conocimiento matemático en estudio se aplica en el día a día.

Por otro lado, los/las estudiantes estuvieron felices de poder compartir y conversar con sus compañeros/as, a quienes no han visto presencialmente desde el año 2020. En palabras de ellos/ellas, I.G. manifiesta: “Me gustó la adrenalina de las actividades, ya que eran desafiantes y debíamos adaptarnos al tiempo que nos entregaba el profesor”. Mientras que A.A. señaló que le parecieron motivante los contextos y situaciones en los que se llevaba a cabo el desarrollo de las tareas matemáticas, “Me gustan las actividades porque incorporan la cocina y a mí me encanta cocinar, me gustan las frutas y preparar dulces y siempre los profesores incluyen cosas así”. En cambio, a T.V. le parecieron más interesantes las estaciones donde se involucraban más operaciones matemáticas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *