La escuela Rapilermo, ubicada a 22 km de Curepto, Región del Maule, se inserta en una zona
caracterizada por vegetación, ríos y montañas. Es una escuela multigrado, que se constituye por
estudiantes de zona rural. Su entorno, es propicio para el contacto inmediato con la naturaleza y
para disfrutar de recursos hídricos y eólicos. Esto se conecta con su visión sobre educar con base
en el respeto al medioambiente.
En efecto, en la escuela Rapilermo se insta al rescate de tradiciones, favoreciendo el desarrollo de
actividades que recuperen acciones propias del territorio. En sintonía con lo señalado, en
septiembre de 2024, el cuerpo docente de la escuela Rapilermo, coordinado por la profesora
Claudia Jara, junto a sus estudiantes, iniciaron una actividad enfocada en la confección de
volantines. La actividad se desarrolla en el marco del aula comunitaria dialógica, que busca
recuperar saberes territoriales de la comunidad a fin de que convivan con los saberes oficiales del
currículum escolar.
Durante esta actividad en particular, participó un artesano volatinero de la zona enseñando a las y
los escolares la confección del artefacto. Para ello, utilizó papel de volantín, varillas de colihue y/o
caña, pegamento e hilo de volantín. El estudiantado, rápidamente comenzó cortando el papel
volantín en forma de cuadrado, otorgando diferentes diseños. Algunos eran de colores únicos,
mientras que otros combinaban tonalidades para emular la bandera chilena. Posteriormente, se
prosiguió con el pegado de las varillas (previamente cortadas y preparadas), iniciando con una
varilla que unió dos extremos opuestos de manera diagonal. Luego, se continuó pegando la otra
varilla de manera horizontal, pero con una inclinación similar a un arco. Para finalizar, se avanzó
hacia los “tirantes”, correspondientes a hilos que dan sostenibilidad y equilibrio al volantín.
La confección de volantines culminó con la utilización de los mismos. Para ello, el cuerpo docente
y estudiantes se dirigieron a un cerro, perteneciente a la escuela. Una vez alcanzado el punto
preciso, la interacción del viento con el volantín, se combinaron en un proceso que trajo consigo
risas, convivencia, juegos y diálogo. De esta forma, la actividad finaliza con estudiantes deseosos
de confeccionar más volantines.




